La razón de ser de una educación cristiana es ayudar a nuestros alumnos/as a crecer como personas y como cristianos. Y eso se traduce en vivir a tope aquello que puede hacer el hombre más pleno y feliz: dar lo mejor de sí mismo a los demás. Darse a los demás es el mejor camino para alcanzar la plenitud de nuestro ser.
Ser la mejor versión de uno mismo implica afrontar nuestros miedos, debilidades y deseos, trazar nuestro propio camino, soñar y vivir.
Ser uno mismo tiene que ver con la sinceridad y la honestidad, con la autenticidad, con desvelar y mostrar, con acoger y aceptar la promesa de lo que podemos ser. Ser sal, luz, vida, amor, eso dice Jesús en el evangelio.
Encuentra tu mejor versión. Porque nadie puede alumbrar por ti, saber por ti. Nadie puede crecer por ti. Nadie puede buscar por ti. Nadie. Solo tú.
Carmen María Castellanos Requena
Coordinadora de Pastoral